El fracaso, al contrario de lo que demasiada gente piensa, en mi opinión es inexistente.
Puede darse de dos formas: Puede presentarse sin que nada ocurra; ¿Cuántas veces no hemos hecho algo porque hemos dado por hecho que no va a salir bien? En este tipo de situaciones no hay fracaso, lo que ocurre que uno por decisión propia prefiere no hacer, a hacer. Por tanto, quien nada hace nada obtiene. No fracasar no es mejor, pcon esta actitud nos quedamos en la nada.
Puede sin embargo, que actuemos y sigo afirmando que el fracaso es inexistente, lo que ocurre es que no se han obtenido los resultados esperados, se han obtenido otros que pueden gustar aun más de lo que yo predecía o no. Sea uno u otro ¿Dónde está el fracaso? Si son aun mejores las consecuencias quedaremos muy satisfechos y si no son tan deseadas podemos aceptar y mejorar la situación desde la reflexión y aprendizaje. Cuando uno no consigue lo que quiere, nuestra sociedad nos ha enseñado a ponerle la etiqueta de “Fracaso” y connotando que es algo terrible, pero no es así. El verdadero sentido del Fracaso es una manera de hacer que hemos encontrado y que no es la adecuada para los objetivos a los que aspiramos; es empuje hacia la nueva acción. El falso sentido del Fracaso me lleva a la parálisis, a infravalorarme y estancarme. Mientras que si descubro su verdadero sentido el Fracaso me hace descubrir, aprender y aceptar que en la vida no siempre se obtiene lo que se quiere pero siempre aprendo y desde este aprendizaje decido nuevas acciones, si hago algo distinto seguro consigo algo distinto.
