A menudo, escuchamos cosas como “ No puedo ser de otra manera, es mi carácter...”, este tipo de discurso son autoetiquetaciones limitadoras, es decir, le sirven a uno para sostener el malestar, autocondenarse y no permitir de esta manera el cambio hacia algo mejor y algo tan significativo como es el Bienestar propio. Es algo ilógico, pero algo que en numerosas ocasiones hacemos: sostener el malestar porque creemos que no hay posibilidad alguna. Sin embargo, ocurre todo lo contrario: si hay posibilidad. Hay tantas como uno quiera, tan solo hace falta dos cosas: tomar conciencia del propio potencial y esforzarse en hacer algo diferente.
Nosotros somos seres dinámicos, en evolución y crecimiento continuo, siempre que uno mismo no renuncie a ello. Uno es, lo que elige ser. Esta decisión, se puede renovar cada día: uno puede cambiar de opinión porque la realidad en la que hoy estoy, no es la que ayer fue, ni mañana será.
Para definir como es uno, hay que ir a la propia historia pasada. Aun así, no hay que mal utilizarla condenando el futuro y presente de uno. Uno puede ser lo que quiera ser,si así lo elije no porque el pasado lo determine.
Hay que liberarse del pasado y eliminar aquellas frases inmovilizadoras, de lo que se trata no es de que etiquetas escoges sino del hecho de que escojas ponerte en las etiquetas. Reflexiona y decide si tus “Yo soy” son los que hoy quieres ser; si estas orgulloso de ellos, vuelvelos a elegir y si no es así, permítete cambiarlos. Si algo te molesta ¿para que sostenerlo? Entiendo que ser el que has sido es lo más fácil pero a veces, puede ser lo que más te hace sufrir.
Piénsalo y cada día decide: ¿quien quieres ser?
